Metodología

Las estimaciones de los GEI y gases precursores del presente INGEI de Chile, serie 1990-2018, fueron realizadas en línea con las Directrices del IPCC de 2006 para los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero[1] y aplicando el software del IPCC[2] en ciertas categorías; incluyendo el análisis de categorías principales, evaluación de la incertidumbre, evaluación de la exhaustividad y recálculos. Además, el INGEI de Chile ha sido elaborado cumpliendo los requisitos de información de las Directrices de la Convención para la presentación de los informes bienales de actualización de las Partes no incluidas en el anexo I de la Convención[3] y de las Directrices para la preparación de las comunicaciones nacionales de las Partes no incluidas en el anexo I de la Convención[4]. En el ANEXO 1 se presenta un resumen de los métodos y niveles aplicados en el INGEI de Chile.

Para estimar las emisiones y absorciones de GEI, el abordaje metodológico general consiste en combinar la información sobre el alcance hasta el cual tiene lugar una actividad humana (denominados datos de la actividad o DA, los cuales pueden ser estadísticos o paramétricos) con los coeficientes que cuantifican las emisiones o absorciones por actividad unitaria. Se los denomina factores de emisión (FE). Por consiguiente, la ecuación básica es:

Emisiones de GEI = Datos de actividad(DA) x Factores de emisión(FE)

Aunque esta sencilla ecuación es muy usada, las Directrices del IPCC de 2006 también contienen métodos de equilibrio de masa (principalmente para la categoría Tierras del sector UTCUTS) y métodos más complejos, divididos generalmente en tres niveles. El método Nivel 1 es el “método por defecto”, la instancia metodológica más simple, aplicable cuando no se cuenta con datos de actividad propios o factores de emisión país específicos. Si bien el método Nivel 1 permite hacer el cálculo, tiene el riesgo de que las circunstancias nacionales no sean debidamente reflejadas. El método Nivel 2 se basa en el mismo procedimiento metodológico del Nivel 1, pero con factores de emisión o datos de actividad paramétricos propios del país o de una región. En estas circunstancias, es altamente probable que las estimaciones de absorciones y emisiones de GEI sean más precisas, por lo cual esta opción debiera aplicarse a las categorías principales. El método Nivel 3 corresponde a métodos específicos de un país (modelos, censos y otros), cuya aplicación se recomienda siempre que hayan sido debidamente validados y, en el caso de los modelos, se hayan publicado en revistas científicas con comité editorial.

Tras estimar las emisiones y absorciones de cada uno de los GEI, y para el reporte de estos en forma agregada expresados en dióxido de carbono equivalente (COeq), se aplicaron los potenciales de calentamiento global (PCG) del Cuarto Informe de Evaluación (AR4) del IPCC. La Tabla 1 muestra los valores. Adicionalmente, y para cumplir con los requisitos de reporte, el país estima sus GEI considerando los PCG del Segundo Informe de Evaluación (SAR).

Fuente: Equipo Técnico Coordinador del MMA, en base AR4

Además, las Directrices del IPCC de 2006 proporcionan orientaciones sobre buenas prácticas para elaborar INGEI de calidad. Los indicadores de la calidad en los INGEI son:

  • Transparencia: Debe  existir documentación clara y suficiente para que las personas o los grupos que no sean los elaboradores del inventario entiendan cómo fue elaborado.
  • Exhaustividad: Se deben declarar las estimaciones para todas las categorías pertinentes de fuentes y sumideros, y de GEI, en la totalidad de la cobertura territorial del país.
  • Coherencia: Se deben realizar las estimaciones para diferentes años, gases y categorías, de tal forma que las diferencias entre años y categorías reflejen las diferencias reales en el balance de emisiones. Las tendencias anuales de los inventarios, en la medida de lo posible, deben calcularse por el mismo método y las mismas fuentes de datos en todos los años, y deben tener por objeto reflejar las fluctuaciones anuales reales de emisiones o absorciones, sin estar sujetas a los cambios resultantes de las diferencias metodológicas.
  • Comparabilidad: Se debe reportar el INGEI de forma tal que permite su comparación con los INGEI correspondientes a otros países.
  • Exactitud: No debe contener estimaciones excesivas ni insuficientes, en la medida en la que pueda juzgarse. Esto significa invertir todo el esfuerzo necesario para eliminar el sesgo en las estimaciones.
 

En conclusión, los elaboradores de inventarios deben utilizar métodos de buenas prácticas para garantizar que los INGEI lleguen a ser lo más transparentes, exhaustivos, coherentes, comparables y exactos posibles, así como para garantizar el mejoramiento continuo con el transcurso del tiempo.

Para mayor detalle de la información, se alienta fuertemente al lector a revisar el Informe del Inventario Nacional de GEI de Chile, serie 1990-2020, documento incluido como anexo técnico del Quinto Informe Bienal de Actualización de Chile presentado ante la CMNUCC.