Los resultados presentados corresponden al INGEI de Chile 1990-2020 que es parte del Quinto Informe Bienal de Actualización y del Informe del Inventario Nacional de Chile 1990-2020, presentados por el país ante la CMNUCC en diciembre de 2022 y en marzo de 2023, respectivamente.
Las estimaciones de las emisiones y absorciones de GEI hacen referencia al último año del inventario (2020), a menos que se especifique algo distinto.
El término «emisiones de GEI totales» refiere solo a la sumatoria de las emisiones de GEI nacionales, expresadas en CO2 eq. Este término excluye las fuentes de emisión y sumideros de absorción del sector UTCUTS. Por otro lado, el término «balance de emisiones y absorciones de GEI», «balance de GEI» o «emisiones netas» refiere a las emisiones menos las absorciones de GEI nacionales, expresadas en dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Este término incluye todas las fuentes de emisiones y sumideros de absorción del sector UTCUTS.
Los principales causantes de la tendencia del balance de GEI (Figura 3) son las emisiones de CO2 generadas por la quema de combustibles fósiles (contabilizadas en el sector Energía) y las absorciones de CO2 de las tierras forestales (contabilizadas en el sector UTCUTS). La disminución del balance de 2020 respecto a los últimos años se debe a efectos de las medidas sanitarias relacionadas con la pandemia por la COVID-19 y sus efectos en la economía y el desplazamiento a lo largo del país, como evidencia la baja en las emisiones del sector Energía que disminuye un 5% desde 2018, en particular las emisiones asociadas al transporte. Los valores observados que escapan de la tendencia del balance de GEI (en 1998, 2002, 2007, 2012, 2015 y especialmente 2017) son consecuencias, principalmente, de las emisiones de GEI generadas por incendios forestales (contabilizadas en el sector UTCUTS) y cambios en la participación de los principales energéticos consumidos en el país (diésel, gasolina, gas natural y carbón).
Es importante indicar que el balance de GEI de 2017 escapa de la tendencia, alcanzando 122.899 kt CO2 eq, lo que corresponde a un incremento de 168% respecto al balance de 2016. Este incremento se debe a los grandes incendios que afectaron la zona centro y sur del país durante esa temporada, los que alcanzaron a afectar cerca de 570.000 ha de tierras forestales, cultivos y pastizales principalmente. Solo los incendios en tierras forestales de 2017 contabilizaron 68.223 kt CO2 eq, lo que equivale a más de lo que emitieron en suma el transporte terrestre, la generación eléctrica y las industrias durante el mismo año.
Por otra parte, en 2020, las emisiones de GEI totales[2] del país contabilizaron 105.552 kt CO2 eq, incrementándose en un 116 % desde 1990 y disminuyendo en un 4 % desde 2018 (Tabla 5). Los principales causantes de la tendencia en las emisiones de GEI totales (Figura 4) son las emisiones de CO2 generadas por la quema de combustibles fósiles para la generación eléctrica y el transporte terrestre (contabilizadas en el sector Energía), las emisiones de CH4 generadas por el ganado (fermentación entérica y manejo del estiércol) y las emisiones de N2O generadas por la aplicación de nitrógeno en los suelos agrícolas (las últimas dos contabilizadas en el sector Agricultura).
Respecto a la participación de cada sector en el balance de GEI 2020 en términos absolutos[3] (Figura 3), el sector Energía representó un 51%, seguido del sector UTCUTS (-32 %), del sector Agricultura (7 %), del sector Residuos (5 %), y por último del sector IPPU (7 %).
Respecto a la participación de cada sector en las emisiones de GEI totales del país (Figura 4), el sector Energía representó un 75 %, seguido del sector Agricultura (11 %), del sector Residuos (7 %), y finalmente del sector IPPU (7 %). Esto muestra que, tanto en el balance de GEI como en las emisiones totales, el sector Energía es el de mayor relevancia.
En 2020, el balance de GEI de Chile estuvo dominado por el CO2, representando un 53 %, seguido del CH4 con un 27 %, del N2O con un 12 % y los gases fluorados que contabilizaron colectivamente el 8 % restante (Figura 5). Es evidente que el CO2 es el GEI que mueve la tendencia, como demuestran los picos (años 1998, 2002, 2007, 2012, 2015 y 2017) y los valles (2002, 2004 y 2010) de la serie. Llama la atención como el balance del CO2 es favorable a la absorción para los primeros años de la serie (1990-1997) y para parte del periodo entre 2000 y 2002. Esto se debe a la absorción de las tierras forestales (en bosque nativo y plantaciones forestales) y al mayor uso de gas natural para la generación eléctrica en comparación con otros combustibles fósiles, como el carbón en particular, cuya emisión por unidad energética (kg CO2/TJ) es mayor.
En 2020, las emisiones de GEI totales estuvieron dominadas por el CO2, representando un 76 %, seguido del CH4 con un 14 %, del N2O con un 6% y de los gases fluorados que contabilizan colectivamente un 4% (Figura 6).
[1] El término «balance de GEI» o «emisiones netas» refiere a la sumatoria de las emisiones y absorciones de GEI, expresadas en dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Este término incluye al sector UTCUTS en su totalidad.
[2] En el presente informe, el término «emisiones de GEI totales» refiere solo a la sumatoria de las emisiones de GEI nacionales, expresadas en dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Este término excluye las fuentes de emisiones y sumideros de absorción del sector UTCUTS.
[3] En el presente informe, el término «absoluto» refiere a la magnitud del valor. Su finalidad es comparar las magnitudes entre emisiones y absorciones de GEI. En este sentido, los valores que correspondan a absorciones se acompañaran de un signo negativo para representar su calidad de sumidero.
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