Los resultados presentados corresponden al INGEI de Chile 1990-2022 que es parte del Primer Informe Bienal de Transparencia y del Documento del Inventario Nacional de Chile 1990-2022, presentados por el país ante la CMNUCC en diciembre de 2024 en cumplimiento con el Acuerdo de París, Artículo 13, párrafo 7, del año 2015.
Las estimaciones de las emisiones y absorciones de GEI hacen referencia al último año del inventario (2022), a menos que se especifique algo distinto.
El término «emisiones de GEI totales» refiere a la sumatoria de las emisiones de GEI nacionales, expresadas en dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Este término excluye las fuentes de emisión y sumideros de absorción del sector UTCUTS. Por otro lado, el término «balance de emisiones y absorciones de GEI», «balance de GEI» o «emisiones netas» refiere a las emisiones menos las absorciones de GEI nacionales, expresadas en dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Este término incluye todas las fuentes de emisiones y sumideros de absorción del sector UTCUTS.
Los principales causantes de la tendencia del balance de GEI (Figura 3) son las emisiones de CO2 generadas por la quema de combustibles fósiles (contabilizadas en el sector Energía) y las absorciones de CO2 de las tierras forestales (contabilizadas en el sector UTCUTS). La disminución del balance de 2020 respecto al resto de los años se debe a efectos de las medidas sanitarias relacionadas con la pandemia por la COVID-19 y sus efectos en la economía y el desplazamiento a lo largo del país, especialmente las emisiones asociadas al transporte en el sector Energía. Los valores observados que escapan de la tendencia del balance de GEI (en 1998, 2002, 2007, 2012, 2015 y especialmente 2017) son consecuencias, principalmente, de las emisiones de GEI generadas por incendios forestales (contabilizadas en el sector UTCUTS) y cambios en la participación de los principales energéticos consumidos en el país (diésel, gasolina, gas natural y carbón).
Es importante indicar que el balance de GEI de 2017 escapa de la tendencia, alcanzando 121.617 kt CO2 eq. Este incremento se debe a los grandes incendios que afectaron la zona centro y sur del país durante esa temporada, los que alcanzaron a afectar cerca de 570.000 ha de tierras forestales, cultivos y pastizales principalmente. Solo los incendios en tierras forestales de 2017 contabilizaron 68.302 kt CO2 eq, lo que equivale aproximadamente más de lo que emitieron en suma el transporte terrestre, la generación eléctrica y las industrias durante el mismo año.
Por otra parte, en 2022, las emisiones de GEI totales[2] del país contabilizaron 111.049 kt CO2 eq, incrementándose en un 135 % desde 1990 y en un 7,1 % desde 2020 (Tabla 5). Los principales causantes de la tendencia en las emisiones de GEI totales (Figura 4) son las emisiones de CO2 generadas por la quema de combustibles fósiles para la generación eléctrica y el transporte terrestre (contabilizadas en el sector Energía), las emisiones de CH4 generadas por el ganado (fermentación entérica y manejo del estiércol) y las emisiones de N2O generadas por la aplicación de nitrógeno en los suelos agrícolas (las últimas dos contabilizadas en el sector Agricultura).
Respecto a la participación de cada sector en el balance de GEI 2022 en términos absolutos[3] (Figura 3), el sector Energía representó un 51%, seguido del sector UTCUTS (34 %), del sector Agricultura (5,5 %), del sector Residuos (5 %), y por último del sector IPPU (5 %).
Respecto a la participación de cada sector en las emisiones de GEI totales del país (Figura 4), el sector Energía representó un 76 %, seguido del sector Agricultura (8 %), del sector Residuos (8 %), y finalmente del sector IPPU (7 %). Esto muestra que, tanto en el balance de GEI como en las emisiones totales, el sector Energía es el de mayor relevancia.
En 2022, el balance de GEI de Chile estuvo dominado por el CO2, representando un 49 %, seguido del CH4 con un 30 %, del N2O con un 10 % y los gases fluorados que contabilizaron colectivamente el 11 % restante (Figura 5). Es evidente que el CO2 es el GEI que mueve la tendencia, como demuestran los picos (años 1998, 2002, 2007, 2012, 2015 y 2017) y los valles (2002, 2004 y 2010) de la serie. Llama la atención como el balance del CO2 es favorable a la absorción para los primeros años de la serie (1990-1997) y para parte del periodo entre 2000 y 2002. Esto se debe a la absorción de las tierras forestales (en bosque nativo y plantaciones forestales) y al mayor uso de gas natural para la generación eléctrica en comparación con otros combustibles fósiles, como el carbón en particular, cuya emisión por unidad energética (kg CO2/TJ) es mayor. Después de 1997 el balance de emisiones decrece, pero a partir del año 2004 el balance es siempre positivo. Esto se debe principalmente al crecimiento económico del país y el aumento de actividades que consumen combustibles, evidenciado por el aumento del sector Energía.
En 2022, las emisiones de GEI totales estuvieron dominadas por el CO2, representando un 76 %, seguido del CH4 con un 14 %, del N2O con un 5 % y de los gases fluorados que contabilizan colectivamente un 5 % (Figura 6).
[1] El término «balance de GEI» o «emisiones netas» refiere a la sumatoria de las emisiones y absorciones de GEI, expresadas en dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Este término incluye al sector UTCUTS en su totalidad.
[2] En el presente informe, el término «emisiones de GEI totales» refiere solo a la sumatoria de las emisiones de GEI nacionales, expresadas en dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Este término excluye las fuentes de emisiones y sumideros de absorción del sector UTCUTS.
[3] En el presente informe, el término «absoluto» refiere a la magnitud del valor. Su finalidad es comparar las magnitudes entre emisiones y absorciones de GEI. En este sentido, los valores que correspondan a absorciones se acompañaran de un signo negativo para representar su calidad de sumidero.
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