El sector UTCUTS, que incluye las emisiones y absorciones de GEI asociadas a las actividades silvícolas y al cambio de uso de la tierra, es el único sector que consistentemente absorbe CO2 en el país, lo que lo convierte en el más relevante por su potencial de mitigación. Este sector representó un -32 % del balance de GEI en 2020. En el mismo año, sus emisiones y absorciones alcanzaron las -49.727 kt CO2 eq, disminuyendo su condición de sumidero en un 24 % desde 1990 y en un 4 % desde 2018. Las categorías de Tierras forestales y Productos de madera recolectada se mantienen como las más importantes del sector, especialmente por su calidad de sumidero.
Las categorías de Tierras forestales (4.A.) y los Productos de madera recolectada (4.G.) son los más importantes del sector, manteniendo la condición de sumidero de CO2 durante toda la serie temporal. En el caso de las Tierras forestales, la tendencia a la disminución de la condición de sumidero desde 2018 a 2020, se debe principalmente al aumento de la superficie de incendios que se produjo en 2020 y a las emisiones de estos. También se observa una disminución en la conversión de tierras a tierras forestales con tasas muy bajas de forestación. Además, por su importancia en el balance de UTCUTS, cualquier aumento o disminución de las emisiones o absorciones de Tierras forestales afecta significativamente a todo el sector, e incluso al balance general del INGEI. Un buen ejemplo de ello es el significativo aumento del balance en emisiones de GEI en 1998, 2002, 2015 y que en el 2017 tiene el mayor impacto, consecuencia directa de las emisiones de GEI generadas por incendios que durante ese año afectaron 570.000 hectáreas en Tierras forestales, Tierras de cultivo y Pastizales.
En el caso de los Productos de madera recolectada, si bien estos han aumentado su contribución en la serie temporal, se observa una disminución desde 2018, en directa relación con una disminución en la producción de madera aserrada, cuya contribución es la más relevante por el el mayor tiempo de permanencia del carbono, de acuerdo con la metodología de las Directrices del IPPC de 2006. La contribución de esta categoría se ve afectada por el mercado y en la serie temporal el mayor impacto se ve en 2009.
El resto de las categorías explican sus emisiones en los cambios de usos de la tierra, durante la serie temporal. Los Pastizales presentan emisiones debido principalmente a la conversión de Tierras forestales a Pastizales las que, si bien han disminuido durante la serie temporal, presentan un leve aumento desde el año 2014 al 2018.
Las Tierras de cultivo tienen emisiones asociadas a la conversión tanto de Tierras forestales como de Pastizales a Tierras de cultivo. La categoría Otras tierras registra emisiones asociadas a la conversión de tierras, donde las Tierras forestales convertidas a Otras Tierras es la que tiene mayor impacto en las emisiones. En el caso de Asentamientos, las emisiones se asocian a la conversión de Tierras Forestales, Tierras de Cultivo, Pastizales, y Humedales a Asentamientos, relacionado directamente con el crecimiento poblacional y por ende de los asentamientos urbanos del país. Por último, la categoría de Humedales registra emisiones asociadas a la conversión de tierras, no obstante, ha disminuido notoriamente esta conversión y por tanto la emisión en los últimos años de la serie temporal.
Esta categoría incluye las emisiones y absorciones de GEI generadas como resultado de cambios en la biomasa, materia orgánica muerta y carbono del suelo en Tierras forestales que permanecen como tales y en Tierras convertidas en tierras forestales.
En 2020, el balance de GEI contabilizó -49.430 kt CO2 eq, manteniendo su condición de sumidero durante toda la serie, aunque disminuyendo su condición de sumidero en un 30 % desde 1990, y en un 17 % desde el 2018 (Figura 22).
Para el caso de los incrementos de la biomasa, en 2020 el bosque nativo contribuye con un 31,3% seguido de las plantaciones con 28,1%. El aumento de biomasa de bosque nativo se ha incrementado en un 4,1% desde 1990 y en 0,4% desde 2018.
Esto se debe principalmente a la incorporación de superficie de bosque nativo bajo planes de manejo durante la serie temporal, lo que significa que pasan desde una condición de no gestionados a gestionados y, por lo tanto, ingresan a la contabilidad del INGEI. Sin embargo, también existe una disminución de las absorciones de renovales y bosques que se encuentran bajo conservación ya que alcanzan su madurez y pasan a tener un balance cero en emisiones y absorciones. Por otra parte, el incremento de biomasa de plantaciones forestales ha aumentado en un 91,4% desde 1990 y un 1,7% desde 2018. Esto muestra la evolución que han tenido las plantaciones desde la década de los 70, donde se inicia la forestación y por eso se manifiesta una tasa creciente en la serie temporal. No obstante, en los últimos años de la serie temporal ha disminuido la tasa de forestación y la superficie de plantaciones forestales ha sido afectada por incendios forestales. La leve tendencia al alza que se observa desde 2018 corresponde principalmente a la reforestación de superficies incendiadas, pasando de una superficie de plantaciones de 2,28 millones de ha a 2,30 millones de ha. Así la superficie tiende a mantenerse alrededor de las 2,3 a 2,4 millones de hectáreas desde 2009 a la fecha.
En el caso de las pérdidas de biomasa, en 2020, las cosechas comerciales de trozas tienen la mayor participación en el balance con un 27,1%, le sigue la leña con un 7,9%, las pérdidas de carbono por incendios alcanzan un 4% y las pérdidas de biomasa por cambio de cobertura vegetacional llegan al 0,5%. Las pérdidas de biomasa por cosecha han aumentado en 208,1% desde 1990 y han disminuido en 8,7% desde 2018, esta disminución se relaciona directamente con los efectos de la pandemia por COVID-19, disminuyendo en 2020 el consumo de madera en trozas en 9% respecto al récord histórico de consumo del año 2018. En conjunto con el aumento de las cosechas comerciales de trozas existe un aumento de la contribución de los Productos de madera recolectada, que da cuenta de la permanencia del carbono retenido en los productos de madera provenientes de la cosecha, con una relación directa de aumento de absorciones a medida que se incrementa la producción de madera aserrada y tableros principalmente.
Los incendios forestales tienen un efecto importante en la tendencia de las emisiones y absorciones de GEI debido a que son capaces de alterar las tendencias, generando máximas de emisiones en 1998, 1999, 2002, 2015 y 2017. En la Figura 24 evidencia que es en 1998, 1999, 2002, 2015 y 2017, cuando se alcanzan las mayores superficies incendiadas, también se alcanzan las máximas emisiones de GEI dentro de la serie temporal.
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